Está manera de comunicarse es lo que llamo comunicación efectiva, y se caracteriza por una intensa focalización de la atención libre de esfuerzo dónde se disparan la creatividad, la espontaneidad, la eficiencia cognitiva y un sin número de posibilidades que permanecen latentes en el ser humano durante su rutinario estado pensante.
Es muy frecuente asociar este estado a situaciones agradables, tal como lo hizo el creador del término “estado de flujo”, Mihaly Csikszentmihalyi (2009), confundiendo así causa con consecuencia.
Saltando a “la zona”
Aunque pueda parecer sorprendente, es posible entrar en ese estado en cualquier situación o actividad, siempre y cuando se consiga estabilizar suficientemente la atención en lo que acontece. Es más, es la focalización de la atención en el presente lo que origina la agradable sensación que se experimenta durante esos momentos, puesto que impide que entren en la esfera cognitiva toda suerte de preocupaciones y recuerdos asociados a la personalidad que, por un instante, parece haber desaparecido. Esto es la base del mindfulness y la meditación en la acción.
Lo paradójico de aprender a entrar en ese estado es que el esfuerzo y la voluntad lo inhiben. Se trata más bien de retirar los obstáculos que impiden entrar en ese estado absolutamente natural del ser humano, en el cual fluíamos de niños cuando estábamos inmersos en el juego.
Cambiando la predisposición
Desde hace años, muchas empresas multinacionales de primer nivel han empezado a incorporar dinámicas que favorezcan que sus trabajadores puedan entrar en el estado de máxima eficiencia durante el desempeño de sus labores. Esta es la razón del Team building, que se caracteriza por la practica de deportes y otras actividades encaminadas a crear un vínculo personal entre sus integrantes y posibilitar una interacción eficiente.
No obstante, hay muchos caminos para llegar al mismo destino. La clave es una adecuada predisposición, o ausencia de predisposición negativa, durante cualquier actividad que se esté realizando. Recuperar el espíritu juguetón y la capacidad de sorprenderse son dos de los ingredientes que te conducirán rápidamente al tan anhelado estado de flujo, en cualquier momento, y no sólo en las ocasiones de tu agrado, en las que ya lo haces sin darte cuenta.
Nuestra labor
En nuestros cursos abordamos las causas que actúan como barreras para lograr un estado fluido y creativo en la interacción con otras personas, hacemos uso de dinámicas para promover ese estado, abordamos diferentes perspectivas y técnicas, y ofrecemos la posibilidad de seguimiento de tus avances tras la realización del curso, ya que hace falta tiempo para integrar está nueva manera de entender la comunicación.
El resultado es un salto cuántico en la manera de relacionarte, mayor conexión con las personas, mayor sensación de plenitud y confianza en uno mismo, por citar algunos de los cambios más básicos.